Mi huella de carbón

A ver si nos ponemos serios con el tema
Huella de carbono se mide por el peso del CO2 generado por nuestras actividades

Josefo haciendo uso intensivo del correo electrónico de su empresa no cayó en cuenta de la presencia de Juancho y Salvador. Ellos silenciosos tras los lomos de Josefo miraban estupefactos su tecleo frenético.
– ¿Por qué usas ese sistema de correo tan espantoso? –Preguntó Juancho haciendo muecas de malestar.-Josefo solo atinó a decir porque no hay otro, y más bien puso su mirada de demonio porque las ideas que estaba transcribiendo tan frenéticamente se le escaparon… y nunca volverán, al menos no las mismas.Mirando de reojo al libraco enorme que Josefo había dejado sobre el basurero, Salvador montó en cólera y lanzó la siguiente perorata:

-¿Acaso sabe esta empresita pública para la que trabajas lo que cuesta al planeta en árboles, agua, aire producir aquel insulto de “libro”? ¿Han calculado siquiera el peso en kilogramos, o toneladas de CO2 que significa esa producción vergonzosa de informes de gestión en papelitos de color… libracos y revistuchas insulsas que nadie lee y para nadie sirven?
Por seguro que no lo hacen, pero claro, se ufanan de hablar y poner en sus propagandas que aman al medioambiente, que lo cuidan y que sus procesos cumplen con las normas verdes, hoy tan en moda, pero igual de inservibles.
Y ese sistemita de correo electrónico que usas, deberías apagarlo por siempre, y utilizar uno en la nube como GMAIL u OFFICE365, o el que te plazca siempre y cuando sea el que proveen esas empresas del primer fundillo, mediante sus centros de datos Tier 4, con normativa de gestión de servicios y calidad ITIL, y no sé qué otras barbaries de metodologías del mundo moderno. Pues una transacción o correo-e usando esos sistemas emite menos energía calórica que un simple chat chismoso o correo mañoso generado en el centro de datos que tiene esta tu empresa.

Josefo, ¿cómo vas a pagar tu huella de carbono? Espero que por lo menos vayas a sembrar unos cuantos árboles.

Y sobre esa revistucha a todo color, llena de mentiras y propagandas melosas y falsas, que también su producción es maliciosa contra natura, he visto un artículo sobre el regalo, comodato lo llaman en ese lenguaje horrible, que ustedes han hecho de viejos y obsoletos ordenadores a esas pobres y lejanas escuelas públicas, para auto-engañarse y engañar a esos pobres infelices creyendo que hacen buena labor social y apoyan a la cultura de mejor aprendizaje con tecnología moderna. Esa basura de máquinas también tienen un alto peso de huella de carbono, ningún beneficio prestan, mejor sería que las reciclen eficientemente.

Y tú Juancho ¿qué correo-e utilizas?

Uno que modeló en la nube de Google aquel Geek llamado Leopardo. –Contesta rabiando Juancho, ya harto de ver la cara de Josefo y de Salvador.
-Y sobre la televisión ¿qué vas a palabrear’? –Pregunta cabreado Josefo mientras ve a su secretaria que le hace guiños.

-Que es para los idiotas. –Contesta un ya desenfadado Juancho.

-Que grosero señor Juancho, eso vemos todos aquí en la oficina.

Juancho se queda mudo pues ha olvidado lo que dijo la señorita, y es que aquellas formas embrutecen a cualquiera.

-Por si no lo han entendido, esa maldita caja es el ejemplo real de las artimañas de la reprogramación neurolingüística de la que tanto alaban en su revistucha anual de gestión empresarial. Porque ya se han convertido en cosas que buscan la felicidad consumiendo a otras cosas…

– Por eso es que nos dicen que no tenemos inteligencia emocional. –Dice Juancho.

No alargo más la historia, que es real, inclusive lo son sus personajes. Solo diré que todos salieron a calmar la furia con unas copas de Wild Turkey… después y bajo los efectos de la bebida virtuosa, se fueron a intentar sembrar árboles en la finca del Buda de Samborondón.

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