Google y Muelabroka

 

Me parece que en el ciberespacio de este pedacito de planeta llamado Ecuador, los seres de silicio inician su gobierno electrónico. Luego de tantos avatares y luchas en contra de los perio-verborreos y politikeros mejor conocidos como Goras y Gogorks, y al fin con una oferta más de campaña presidencial cumplida, -la nueva y glotona ley superior del estado-, se empieza a vislumbrar la gran red de control computacional de la que Muelabroka y sus aliados, como modernos nativos digitales que son, están instalando en las entidades de gobierno.
Las coprolíticas mentes de los defenestrados politikeros de siempre, jamás se imaginaron que la tecnología de la información, era el paso correcto y primero para lograr el control total mediante el acaparamiento de la información. Asumo sin la menor duda, que Muelabroka tiene como kernel un sistema operativo basado en Googlebot. Muelabroka si algo aprendió en las universidades del extranjero es a buscar asesores de peso, no hace mucho tiempo que Muelabroka estuvo deleitándose con las electrizantes teorías del Pasha fundador de la FSF (Free Software Foundation), Don Richard Stallman, que vino acompañado de su séquito de Geeks provenientes de los más recóndito de la India, quienes eran comandados por el tenebroso Buba Makilikuli. Con estos bípedos es que los sistemas informáticos de este país se están estructurando, y claro, también se requiere de muchos matemáticos para estructurar los algoritmos de búsqueda y almacenamiento de datos, de fuentes confiables sé que el matemático de Guangopolo, literariamente conocido como Lovochancho, está metido hasta el cuello en la ardua tarea de sistematizar las tediosas tareas que miles de burócratas realizan a pata.

Río a panza rugiente, cuando trato de imaginar a Legogork, -alias El Tuerto- o a un Jetaquieta, -alias El Manso Cachetón, un sufrido y tímido ganador en la última justa electoral-, tratando de chatear con algún avezado Geek para pedirle asesoría sobre el oscuro proyecto Muelabrokiano.

Ha salido a la luz pública, el Instituto Nacional de Compras… (INCOP), para que los perioverborreos vociferen sin pausa, para que las Goras y los Gogorks, ahora casi extintos, emitan sus diatribas más feroces.
Todos están obligados a registrarse y obtener el RUP (Registro Único de Proveedores), para hacer negocios con los mandamases de la patria Ecuatoriana, es decir con la asnocracia.

Se preguntarán -¿Pero en dónde entra Googlebot?-.
Me permito contarles que la gran base de datos de GOOGLE y su robot de búsqueda e indexación es el corazón del sistema informático que adjudica los negocios mediante subasta electrónica en una Web, al más puro estilo Wall Street, cada participante es investigado hasta la médula, usando las bases de datos gubernamentales, y también las bases de datos que alimentan los navegadores de Internet mediante buscadores como Google, que rastrean y registran todos los movimientos y preferencias del usuario navegante. A esto también se une la gran base de datos GMAIL, en la que ahora casi todo mortal, y empresa, copia sus correos, o directamente los maneja con el WebMail. Y claro, si pese a que sabemos que investigan el contenido de nuestros correos para mostrarnos propagandas de productos que saben son de nuestro agrado, no cabe duda que es la mejor defensa contra el SPAM. Hay bastante información de todos quienes han obtenido el RUP. Todas las ofertas económicas son cotejadas con los precios internacionales de los productos tecnológicos o con las tendencias de costos e historial del mercado nacional.

Según quienes manejan el sistema, se ha logrado evidenciar a los grupos de asnócratas que en base a coimas adjudicaban los procesos de compras de bienes y servicios, a determinadas empresas, que a su vez están conformadas por funcionarios públicos o familiares de éstos. Es decir era un negocio floreciente.
Ahora con la adjudicación electrónica por parte de los robots, los grandes negociados aparentemente acabarán, afirman que aproximadamente $300 millones se ha ahorrado el estado, pues los nuevos proveedores de las empresas públicas manejan precios muy por debajo del promedio anterior.

Queda aún por entender cómo es que los freelance, podremos beneficiarnos con este nuevo sistema de compras, o si realmente el sistema informático va a privilegiar a las nuevos empresarios con grandes capitales. Un cambio de nombres, un cambio de dueños del capital.

 

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